miércoles, 23 de mayo de 2012

Esperanza Aguirre, pirómana catilinaria, atiza el caloret.-





             Esperanza Aguirre  que te boten, que te boten ya.
Sí, con B, con una beeeeeeeeeee   bien grande. Que ya está bien.

  ¿Pero no nos había dicho que estaba malita, que se retiraba, que para ella la política era algo pasajero? 
    Debió ser porque pasó por ser ministra, presidenta del Senado, Presidenta de la Comunidad de Madrid, presidenta del Pepé, defenestradora de tantos de sus súbditos aduladores corruptos y largos etcéteras en sus fincas propias y maritales, amañadora de elecciones hasta con sus peores enemigos.  Pero quiere la alcaldía de su Madrizzzz... que la Botella está acabada.
   Ay, Esperancita Aguirre Gil de Biedma, condesa de Bornos y Grande España,
"has volvido" y nos has devuelto (¿o será vomitado?) otra vez.
    Yo también regreso con lo que escribí hace tiempo en este mismo lugar. 
Con lo que nos espera de aquí a los idus maléficos de mayo podrá ser aumentado, aunque bien poco se le importa.


¡Ay, Esperancita! ¡Qué Aguirre y qué aguerrida tu boquita!



¿Hasta cuándo, Esperancita Catilinaria, abusarás de nuestra paciencia?
          En este país crapuloso de chorizos y mangantes, de arribistas y arrivistas, usted se cree la diosa Cibeles.
          Usted es la encarnación de la parodia de la empanadilla. Aquellos Martes y Trece deberían haber llamado por teléfono para encargarle la empanadilla a la empanada Esperanza Aguirre y no a Encarna Denoche, con la que usted tan buena pareja hubiera formado aunando la malasombra del trece y martes en plan chamberilera.
          Usted dice, contradice, hace, deshace, se desdice, niega, contraniega, afirma, fumetea, ningunea, torea y otros más nea a los ciudadanos como lo hace con su ganadería de vacas y toros en sus amplias dehesas propias donde no le faltan los aljibes, los barrancos tumultuosos y los ríos encañados que alimentan su poder egótico instalado en medios de comunicación que no paran de darle al bombo salpicado de platillos y castañuelas. Madriz, Madriz, Madriz…
          A usted igual le da que en los hospitales madrileños se trate a los pacientes como se merecen, usted sospecha que un médico mata y sanseacabó.
          A usted le da igual la situación de las aulas en las escuelas públicas, protege a los uniformados colegios de los pudientes, crea un grupetto de encumbrados adolescentes con buen expediente, se olvida de los niños que no tienen a su alcance más que una escuela pública a la que usted degrada porque, dice, sus profesores son unos vagos, y sanseacabó.
          A usted le da igual a quién trató de poner o puso al frente de Cajamadrid o Bankia con su mangoneo pizpireto. Usted dice que fue un matrimonio a punta de pistola, pero bien que se cuidó de tragar su parte de la tarta nupcial, que para eso tuvieron mucho interés los de su partido y los de los otros en dominar con su gente la aplicación de la Ley de Cajas que, aún así y todo, fueron modificando según sus intereses.
          Con aquellos polvos de amantes crapulosos fueron pariendo estos hijos embarrados hasta dejarnos a todos en este lodazal putrefacto.
          Usted es un sanseacabó continuado por el voto cautivo y cautivado con su mirada de lince enriscado en la sierra madrileña, encima de las dehesas por donde pastas sus vacas y sus toros.
          Usted enciende muchas mechas aunque luego ejerza de apagafuegos. Usted acaba de encender una mecha conectada a una bomba que le va a explotar.
          ¿Cómo se le ha ocurrido decir que la final futbolística entre vascos y catalanes, o entre catalanes y vascos, debería suspenderse y que se celebrara a puerta cerrada en otro lugar? Ya sé que es usted un lince, u otro tipo de animal montaraz de gustos nocturnos, en eso de desviar la atención cuando llegan los nubarrones que ocultan las cuentas deudoras de ese Madrid, o Madriz, del que usted, o ustez, es Presidenta electa.
          Mire usted que todos los aficionados llevarán una copa en la mano en esa final copera próxima, aunque no hayan bebido ni una copa.
          Mire usted que en ese rompeolas de todas las Españas que ya no es Madrid, vascos y catalanes o catalanes y vascos, van a gritar lo que les dé la gana, cantarán lo que les apetezca, en castellano, en catalán o en vasco. Seguro que en cualquier lengua le van a mentar a usted la madre, sean monárquicos o republicanos, separatistas o integristas, flacos o gordos, altos o chiquiticos, calvos o peludos, tranquilos o exaltados. Todos gritarán y cantarán lo que les dé la principesca o real gana o la majeza madrileña.
          Mire usted que abortarán en las gradas lo que les salga de sus propias gónadas porque usted se lo ha puesto “a huebo”, como ya se decía en el Poema de Mio Cid.
          Guárdese usted la Tizona, Esperancita Catilinaria, pirómana, ninot de falla valenciana, simplemente mediocre.
   
Como un ninot de falla.
  El caloret, el caloret, el caloret……….   Más caloret.



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      A Esperancita le gritan: Esperanza muérete.  
 Ella espeta de los arquitectos: Deberían matarlos a todos.
Ella recurre a la Fiscalía y los arquitectos que se jodan.

   ¿Qué arquitectos proyectarán Eurovegas? ¿Los muertos? ¿Los que deberían ser masacrados?
   Dice que en dos o tres años habrá allí doscientos mil puestos de trabajo. ¿De dónde saldrá el dinero para semejantes hijos de la gran patria viciosa, corrupta, corruptora y evasora de sindicatos sobrantes, según el multimillonario negociante de tanto bien cultural y derechos sociales envainados en las mesas de las ruletas?
    ¡Y una mierda!

  Esperancita, trilera, tocomochera, madre e hija de la gran ruleta madrileña, recalificadora de terrenos, especuladora, tramposa, condesa y bizcondesa de sonrisa ojomeneada, zancadilleadora con tacones y calcetinitos punteados, huidora en inauguraciones abroncadas, apedreadora de las que esconden el brazo, muñidora de golfos blanqueadores de dinero, apadrinadora de mafiosos en torno a timbas en los mares del Manzanares saturadas de prostíbulos en la estepa del Sur, Este y Oeste de Madrid -el Norte es suyo-, gran diosa encumbrada en el carro de la Cibeles, dueña, señora, pizpireta, florerito en el engaño trilero, marquesa del tango y del chotís en la bohemia valleinclanesca de hoy.
  ¡Otra mierda!

   Escuela, educación, esfuerzo, derechos sociales, hospitales, bibliotecas, trabajo que produzca bienes a largo plazo, respeto a los trabajadores, a los que reclaman un puesto de trabajo, uno, tan sólo uno para poder sacar adelante a sus hijos, a su familia...   A todos esos.... que se jodan... que vayan a los casinos, que construyan los edificios proyectados por los arquitectos a quienes había que fusilar, y luego que se gasten ese dinero ganado poniendo ladrillos, que se lo jueguen todo en las ruletas promovidas por esta gran trilera, granviera madrileña crecida a la sombra el oso, del mierdroño y del encinar de Guadarrama donde comen sus proìedades los cerdos, vacas y toros de la gran fiesta cornúpeta nacional de nuevo televisera.
   ¡Otra gran mierda!

  Lavado de dinero negro en la industria ruletera, trilera y tocomomochera, sí.   Creación de industria tranformadora de productos primarios elaborados con esforzada mano de obra, no.

   Seguimos sin aprender. Los tiempos pasados, el conocimiento de nuestra historia, no nos sirven de nada. Quiebros y lamentos los sábados y algún palomino de añadidura los domingos. Dame pan y dime tonto.
España sigue siendo una deformación grotesca de la realidad europea.
 Me quito el cráneo. Yo me inhibo.

  Que te den, que te den españolito del trileo tramposo, mafioso, amamantado en la vega desértica del Manzanares.

   ¡Más mierda!




1 comentario:

  1. Muy buena entrada, Clemente. Has escrito lo que a mí me hubiera gustado escribir!

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