lunes, 19 de noviembre de 2012

El Tormagal




"El Tormagal" en otoño. @cac.


      El Tormagal es el manantial que marca la divisoria de tierras entre los municipios de Orrios y Villalba alta.
         Por allí descienden las aguas recogidas más arriba, alumbradas por los caños que que surgen de las laderas que marcan el barranco de Cabanillas, que entra y sale entre las tierras de Orrios y Villalba hasta llegar llegar a la hondonada de la masada de El Pozuelo y aún más allá los altos de la Batiosa, en los límites con Aguilar, Galve y Ababuj. Allí ya estamos en el punto llamado Alto de la Sierra, la que dicen de El Pobo.
         El Tormagal es un lugar húmedo y en las laderas de este barranco los chopos, álamos, nogueras, cerezos, zarzas moreras y manzanos silvestres alimentados por sus aguas cobijan a las gentes en las chicharrinas de los veranos. 
           En ocasiones el barranco se pone bravo cuando llegan las tronadas y las aguas se abalanzan llevándose consigo piedras y troncos, más aún si los dueños de esta antigua propiedad privada que en tiempos perteneció a los Marqueses de la Cañada, los del linaje Ibáñez-Cuevas, destrozan senderos y sepultan el cauce que llega hasta el cercano Alfambra.

             


Lo que queda del molino bajo. "El Tormagal" @cac.
       Estos son los sillares que quedan hoy de lo que fue el molino bajo. Las pìedras de las paredes derruidas han sido tiradas al curso natural del cauce. Cuando llegue la barrancada no valdrán lamentos.

Molino alto. "El Tormagal" @cac


        Aquí, en lo que fue molino alto, se recogían las aguas que ponían en movimientos las piedras por medio del rodezno. Las mismas aguas movían el de más abajo. ¿Con qué fin levantarían hace unos años esos pilares sin sentido?

"El Tormagal". @cac.


"El Tormagal" @cac.


   A mi madre le gustaba traernos a este lugar cuando ya el tajo de la siega se había terminado y teníamos trilladas las pimeras parvas. Quizá sea por eso por lo que vuelvo una y otra vez. La última con ella, aún la tengo muy viva. Después de comer se oscureció el lugar y al levantar el hato oímos los gritos de los masoveros desde la era en el alto diciendo que su hacina estaba abierta y que se iban a calar todos los fajos de trigo. En un periquete hombres, mujeres y zagales rematados la hacina y el agua resbaló sin que el trigo se grillara.

                 Ahora, muchos años después,  vuelvo con mis nietos a estos mismos lugares con la esperanza de que aprendan.

"El Tormagal" @cac.



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