lunes, 23 de noviembre de 2015

En esta tarde de invierno








  En esta tarde de invierno



creyentes de todos los credos pasados, presentes y venideros, petroleros, diamanteros, madereros, coltaneros, saqueadores de todos los mares y ríos revueltos, explotadores adinerados de todas las miserias, masacradores rumberos de hombres y mujeres arrumbados a la deriva de tierras sin agua saturadas de hambrunas miserables, violadores de cuerpos y usurpadores de almas, chupasangres insaciables, ventrudos de estómagos satisfechos llenos de esfínteres con manjares exquisitos sin pudor alguno, ejecutivos ejecutores de quien paga manda, masturbadores mentales de radios, televisiones y escriturarios papeleros y digitales, manipuladores por vuestras trogloditas gónadas, mandamases imbéciles de enloquecidos que esperan su harén pletórico cuando sus vísceras se inmolen con la masacre, políticos desalmados, mentirosos, siniestros que querían sacar a su país del rincón de la Historia con bodorrios escurialenses, bushistas, aznarianos, hollanderos, medievalistas convertidores de arenales en oasis lujuriosos con sus huríes sometidas y sus esclavos apátridas sin derechos, fabricadores de explosivos demoledores dispuestos para destruir  hogares, vidas y lugares que luego alimentarán vuestra vorágine dineraria insaciable de poder, misérrimos, desalmados, sembradores de alambradas, denegadores de asilo, masacradores de refugiados, mentirosos todos, asesinos todos, que el invierno incipiente os congele a todos.
Campesina de Kenia.

Haitianos en el batey.

Anónimas con burka.

No hemos aprendido nada. Esclavos del hambre.

Con perricas, chifletes. El poder del dinero da poder.

Los muertos de las guerras actuales. Existen, existen.

Estos y otros magos de otras tribus.

¡Soy minero... como mi padre!

Refugiados en busca de refugio.
 
¿Tienen ustedes algún problema?

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