domingo, 14 de enero de 2018

San 18 de julio de 1942 en Villarroya de los Pinares (Teruel)




Original en Archivo histórico de Teruel.


         En todos lugares existen gentes y lugares royos, y si no que se lo pregunten a los de Villarroya. O a los mismos maquis que anduvieron por estos lugares de Peñas Royas, en lo más alto de esta sierra de Gúdar, escondidos y jodidos de frío entre las nieves y los pinares del Monegro y las masadas de Sollavientos.
       Así es que los de Villarroya son todos royos. Y algún que otro por estos lugares de los desiertos heladores de estas tierras fueron rojos. Y eso sí que no.
     Para meterlos en vereda ahí estaba el guardia segundo de la Guardia civil del puesto de Villarroya con su enrevesada mano para la escritura, y el Alcalde que mandaba al alguacil pregonar sus bandos, y el cura que oficiaba la misa dedicada a san 18 de julio, y el Gobernador Civil que imponía las multas porque mandaba más que Dios en 1942.
  Si es que a las villas royas de turno les deberían haber cambiado el nombre después de la guerra civil, elevada a los altares el 18 de julio de 1936. A ver, qué es eso de que una villa sea roya en este país enlutado.
         Si el Alcalde más arribaspaña que “por la victoria hacia Dios” manda que a misa por san dieciochodejulio pues a misa y prietas las filas, que por eso son las banderas imperiales, y al frente, que la Guardia Civil bien tricornia es.
  Y a pagar la multa, por trabajar en festivo tontosdelaba, Y veinticinco pesetas siempre fueron cinco duros de cuando entonces.
         Cuando entonces estos esquiladores destripaterrones, rastrapajas y peones, no tenían ni un duro para poder comprar la hoz y la zoqueta que les protegiera los dedos en esos días de julio, cuando los trigos tiesos había que tronzarlos por recoger los cuatro granos de centeno, por aquello de las tronadas cuando vienen no las para ni san Pedro bendito, aunque los curas y caciques sacaran en procesión a Santa Bárbara con sus milagros sin efecto ante los peñazos de la pedregada.
         A ver qué se han creído ustedes, que para eso hicimos una guerra, y para eso la ganamos y ponemos a los santos cuando queremos y hacemos una fiesta de guardar cuando nos da la gana.
      Y a la viuda del tuerto fusilado en Peñas Royas cabeza rapada y sanjoderse.
        Y si no vean, vean los documentos que les adjunto. Pueden acudir a los originales en el Archivo histórico de Teruel.
 
Original en A. H. Teruel.




Original en A. H. Teruel.

Original en A. H. Teruel.

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